Ruta por Galicia

De la experiencia vivida en mi anterior salida, Costa Este de Asturias, en la que me fuí sólo, algunos amigos me habían regañado por no haberlos esperado.

Pero yo soy así. Me dá el volunto y me piro.

Les prometí que en Septiembre haría otra escapada, esta vez, por Galicia.
También tenía claro que, si el tiempo no acompañaba por allí, me íba a cualquier sitio. Será por rutas!

Tras esperar y esperar la previsión del tiempo, ciclogénesis explosiva mediante, al final decidí que íba a hacer un recorrido por la costa Gallega.


LA RUTA: 1783 KMS.


DIA 1
Salimos el jueves 17 de Septiembre, después de comer.
Teníamos, 3 noches y 4 días por delante.
La primera noche la haríamos en Allariz, precioso pueblo gallego, que elegí porque se nos ponía a algo menos de 500 kms. Y nos venía justo para no cansarnos demasiado y para que no nos pillara la noche.

Durante el camino, calor hasta el túnel de Guadarrama y depués del peaje, nos pusimos forro y guantes de invierno los que habíamos sido más valientes.
Los nubarrones se veían en el horizonte, y la altura de Medina del Campo nos pìlló la cola de una tormenta., que os obligó a parar y aprovechamos para repostar.
En 10 min. La tormenta había desparacido.

Después, calma chicha hasta Mombuey, donde hicimos el siguiente repostaje, de nuestras máquinas y nuestros cuerpos.

Los excasos 160 kms. Hasta Allariz, se hicieron algo pesados.
Llegamos a las 20:30h. Como teníamos previsto.


Naroarv, con su Burgman 650, nos llevó a buen ritmo.

El hotel, O Portelo Rural, estaba fenomenal y el trato de sus dueños maravilloso.
Nos dejaron unas plazas de garaje para meter las motos, cortesía de la casa.
Tras una duchita, salimos a tomar unas cervecitas y a cenar.


Nos lo pasamos pipa, como era de esperar, cenamos mucho y bien, y la noche se nos alargó un poco. Je, je...

DIA 2
Nos levantamos pronto para ver el pueblo y desayunar.
Amaneció con una niebla densa.
Pero como se dice, “Mañanita de niebla, tardecita de paseo”



No tuvimos que esperar a que llegara la tarde para poder disfrutar de la belleza y peculiaridad de Allariz.
Y mientras, a más de uno se le íba recomponiendo el cuerpo de la noche anterior.



Pusimos rumbo a A Guarda, punto más al sur de la costa gallega y, tras una breve incursión de Portugal, pudimos disfrutar de las impresionantes vistas desde la cima del Monte Santa Tecla.





El día estaba precioso para poder apreciar las distintas tonalidades de azul que se mezclaban con el del cielo.


Siguiente destino, Baiona.
Más que para ver la localidad, que es preciosa, queríamos disfrutar de la carretera al borde del mar que nos llevaba hasta ella.
Y vaya que si disfrutamos!
La carretera es impresionante y las vistas, para que os voy a contar.



Hicimos una parada técnica delante de la puerta del Parador.


Saliendo de Baiona, paramos al borde del mar para hacer unas fotos.


Como anécdota, decir que fué uno de los mejores momentos de risa que pasamos.
Os cuento.
Estábamos cansados de ponernos y quitarnos el casco.

Y nos hicimos una foto con los cascos puestos, todos blancos, con nuestros chalecos del MCES.
Puse el programador y el trípode a la cámara para hacerla.
Y claro, le dí al botón para comprobar que había salido bien.
Después de mucho insistir, les convencí de que nos la hiciésemos sin casco.

Como no había cambiado la cámara de posición, cuando nos habíamos quitado los cascos, me fuí a darle al disparo y cual fué mi sorpresa que los volví a ver en la pantalla con el casco, y levanté la mirada asustado, y los veía con el quitado.

Fueron unos segundos de pensar, ¿qué me está pasando?, y claro, ellos se dieron cuenta, y nos empezamos al descojonar tod@s.
Qué rato más bueno!



Llegamos al comer a Vigo, al mercado de la Piedra, típico por sus vendedoras de ostras y multitud de restaurantes.
Comimos en el restaurante El Portón. Nos lo habían recomendado, y no fallaron. Muy buena relación calidad precio, y un menú del día muy completito, además de las entradas que nos pedimos.
Nos relajamos un poco.


El siguiente destino era Combarro, precioso pueblo pesquero, lleno de hórreos al borde del mar.
Allí decidimos que se acaba la etapa, en lugar de ir a percontar a Pontevedra.
El lugar merecía la pena, por lo que decidimos buscar alojamiento.
Al borde del mar, el Hotel Stella Maris. Buena relación calidad precio, desayuno incluído y unas vistas privilegiadas.
No tenía parking de motos cerrado pero era un sitio muy, muy tranquilo y desde la rececpción se veían perfectamente.


Nos dimos un buen paseo por el pueblo.


 




Después a cenar, en plan tranquilo, en Restaurante O´Piorno, justo en frente del puerto.
Tenían menú del día, pero también de noche. 10 euros.
Entre los platos, mejillones al vapor.
Además, pedimos una ración para el centro, por 6 euros.
Cuando nos la trajeron nos quedamos todos de piedra por la cantidad. Pensamos que nos habían agrupado el plato de uno de los menús con la ración.
Pues no. Minutos más tarde llegó el plato del menú, de similares características.
Nos os quiero contar como nos pusimos de mejillones y como estaban de buenos por su sabor y frescura.
Si volviera por allí, vuelvo seguro.

Nos fuímos a dormir pronto.

DIA 3
Desayunamos estupendamente, con vistas al puerto de Combarro.
Después, nos dirigímos a la Isla de Toja, junto a O Grove, destino ésta que estaba programado para el día anterior.
No le dedicamos mucho tiempo, más que para un breve paseo y unas fotos.


Pusimos rumbo a Santiago de Compostela.
Llegamos sobre las 13:30h.
Pudimos aparcar muy cerca de la Plaza del Obradoiro en un parking para motos, solamente.

IMPRESIONANTE, la vida de esta ciudad, llena de turistas, peregrinos, moteros como nosotros, y bares y restaurantes!!!




Precioso el casco histórico, solamente ensombrecido porque una de las torres de la Catedral estaba tapada por andamios.

Comimos en el Restaurante Sant Yago, junto a la Plaza Fonseca. Ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Seguro que hay cosas bastante mejores.

Tras la comida, y a la vista del mapa y gps, nos entraron dudas sobre si cumplir con lo programado y seguir ruta hacia Fisterra.
Por tiempo, se nos íba a hacer largo, pero lo que teníamos claro era que si íbamos, lo hacíamos por la costa.
Decidimos que habíamos venido a montar en moto, y eso fué lo que hicimos.
Cogimos dirección Noia hasta llegar a Muros desde donde iríamos bordeando la costa hasta Fisterra.
En Muros nos picó el sueño e hicimos una paradita.
Muy bonito lugar.



Qué pedazo de carretera para hacer kms!
La única pega que le pongo es que cada 500 m. había una población, y claro, no te daba tiempo a coger ritmo. Pero merece la pena.

A unos 10 kms. De Corcubión había una indicación del mirador de Ézaro, en la localidad del mismo nombre.
Me picó la curiosidad y decidí desviarme para ver donde me llevaba.
Es una subida a un mirador con rampas que llegan hasta el 30%, en algunos tramos. El recorrido es de apenas 1,8 kms, si llega, para subir desde el nivel del mar a una altura de casi 300 m.

Las vistas desde arriba no se aprecian en las fotos. Hay que subir.



El fin del mundo, Fisterra, se hacía de rogar, pero finalmente, llegamos.

 


Nos quedaban 30 kms. Para llegar a Muxia, nuestro siguiente destino.
Pudimos ver la puesta de sol desde la Iglesia Nuestra Señora da Barca.
Precioso lugar que te llena de paz y tranquilidad.



No podemos ocultar que el cansancio ya hacía mella por las horas en moto, que no por los kms. Recorridos, hasta el punto que nos planteamos hacer noche en Muxia.
Nos quedaba una hora de luz, hasta las 21h. Y decidimos que teníamos el tiempo suficiente para hacer la mitad del camino hasta Betanzos. En ese punto cogeríamos autovía, en la localidad de Carballo.
Y así fué. Nos vino justo.
Llegamos a Betanzos a las 21:35h.

El hotel, Hotel Palacete Betanzos, era eso, como un palacete.
Bien situado, con unas instalaciones lujosas y con un precio muy barato.
Como curiosidad, el hotel tenía las toallas de Meliá.
Parece ser que lo había quedado el Ayuntamiento local y la gestión era privada.
Y parking gratis para motos. Nos vino de perlas.
La habitación doble de uso individual, pedazo habitación, 45 euros, con desayuno incluído.


Duchita rápida y a cenar.

Nos recomendaron en el hotel, Casa Miranda, en el casco antiguo, y una taberna que estaba justo enfrente y que no recuerdo el nombre.
Nos quedamos en la primera y no defraudó.
Nos habían dicho que había ganado varios premios por su tortilla de patatas.
Lo que me impresionó fué un salteado de algas con gambas y vieiras que quitaba el sentío.
Repetimos varios de los platos. Todo riquísimo.




 

Después, nos tomamos una copita, o dos, y a dormir.

DIA 4
Por la mañana, los que pudieron, ser dieron un paseito por Betanzos.



Comenzamos regreso, ya cansados desde el principio, unos más que otros.
Teníamos por delante, unos 570 kms. Y yo 635 kms.

Fuímos a buen ritmo, repostar y tirar, con parada en Astorga.


Paramos a comer a unos 120 kms. De Madrid.
La temperatura había subido y el cansancio se doblaba.
Todos llegamos bien y con la sensación y satisfacción de haber disfrutado mucho y bien, por lo visto, y por lo vivido juntos.

Gracias Fer, Eva, Jose y Chas.
Fué todo un placer poder compartir con vosotros esta ruta, ... y las que vendrán.


Espero que os haya gustado el relato.

Nos vemos en la siguiente.

Comentarios

  1. Impresionante.
    Impresionante la ruta: Preciosa por los paisajes, los pueblos, las carreteras con buen asfalto.
    Impresionante la crónica: Como lo cuentas nos hace revivir el momento.
    Impresionante la compañía: He disfrutado... como una enana, jajaja. No sólo momento casco... Momento apagalalú y otros muchos todavía me hacen partirme de risa.

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  2. Gracias a ti por dejarnos disfrutar de estas rutas a tu lado

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    Respuestas
    1. Gracias a ti Antonio

      Me lo pase de genial con vosotros.

      La ruta una pasada y muy bien organizada se cumplio con los destinos y los horarios programado.

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